Picadura de avispa

De Writedex




Tipo de Relato: Cuento
Género: drama, fábula
Autor: Mr. A

¿Qué es una picadura de avispa? Tan solo un pinchazo, que dura poco segundos, y cuyo dolor se incrementa al pasar del tiempo. Duro es el veneno que brota y empobrece la sangre. Tumba al animal y lo postra a sus pies.

Pues he aquí un misterio, que un insecto someta a los demás, a fuerza de su aguijón, bajo una amenaza de muerte. Ciertamente los antiguos decían que no había animal más desafortunado que la avispa en toda la Tierra de Venova. Cruelmente la creación dio al animal el tamaño de una hormiga, pero lo vistoso de una cebra. Cualquiera venía y la mataba, el morbo de los animales pensantes quería ver sufrir a este insecto. ¡Oh, menuda ironía! ¿Vienen a ser los hombres, seres razonables, a rebajarse a perros inmundos? ¿No es así como ha funcionado siempre?

Tanto era el sufrir, que el odio broto sobre la avispa. Soñaba con ser algún día superior, y destrozar a sus detractores. Su causa era apoyada por las hormigas, quienes al trabajar día y noche por el mantenimiento de la tierra, ignoraban las maquinaciones de su superior.

Al cabo de un tiempo, le fue bien visto a las hormigas escoger entre ellas una líder. Alguien que diera autoridad entre ellas, y tuviera voz de mando con los humanos. He aquí estaba un zángano, una termita y una avispa.

Al zángano no le dieron atención. ¿Será obvio el motivo? Andar de vago con promesas falsas no computa en el cerebro de los demás, más aún si de la comida toma más de lo debido. Por tanto, era más sabio elegir a la termita. Ella sabía como prosperar a las hormigas, pero era poco atractiva a la vista.

—Basta ya —clamaron—, dadnos un líder conforme a nuestros deseos.

Bien miraron a la avispa. Era lo que buscaba, atractiva y autoritaria. Aunque no era líder fiable, pues tomaba del trabajo de los demás, aún así fue elegida a llevar adelante a los insectos.

Ya teniendo el poder, vinieron años de severa hambruna. Todo el alboroto anterior hizo que no buscarán comida. Mas, ¿Qué dice? ¡La soberbia mata a su poseedor! Viendo esto la avispa, culpo a los humanos de sus desgracias. Ordenó que le fuere puesto el aguijón más doloroso disponible, y que los recursos fuera dirigidos en una guerra contra los humanos.

Y así fue. Mataron a muchos, en odio y fanatismo. Pero dicha actividad empobreció a las hormigas. No fue hasta muy tarde que se dieron cuenta del error, pero al corregirlo, toda una generación de avispa las sometieron. Cien destrozaron a diez mil.

Desde entonces nadie pudo impedir su dominio, a causa de la picadura de avispa.


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